miércoles, 26 de mayo de 2010

DeCáDenCe


Sí, me ha dao por recuperar este estilo de dibujo aunque voy a gastar un montón de rotulador y lapiceros XD Espero que os guste. Mis personajes más representativos o más cañeros, M y Charlotte. Creo que no hace falta presentarlos pero bueno... También iré retomando la pintura :D

martes, 25 de mayo de 2010

OH MADRE


Oh madre
hermosa criatura que un día me dió la vida.
Oh madre
hermosa criatura que tu amor me das día a día.
Oh madre
hermosa criatura, aunque mentira parezca tu esfuerzo en valde no será
Oh madre
criatura más bella que tu no habrá porque hermoso no hay nada más que la vida que conmigo compartiendo vas
Oh madre
por eso gran felicidad en este maravilloso día te quiero desear y que junto a mí tengas una larga y feliz vida
Un poema para mí madre, que resulta que hoy es su cumpleaños, espero que tanto a ella como a vosotros os guste :D Con todo mi amor y esfuerzo mental.

lunes, 24 de mayo de 2010

Mon Petite Sophie


Hablar sobre o de Sophie requiere esfuerzo. ¿Esfuerzo? Sí, esfuerzo para controlar la posible erección que puedes tener nada más pensar en ella, en visualizarla bailando o al imaginarla dedicandote un jugoso beso porque al igual que Charlotte, ella sabía como interactuar con los hombres, no siempre le gustaba pero lo hacía y lo hacía de un modo tan innato. A ella le gustaba la magia pero su destino no fue ser la preciosa ayudante de ningún mago o como mucho, prestigitador, al igual que un montón de chicas de la zona, se vió engañada y vendida a Jack N. Aún así fue afortunada pues tenía tantísimo talento, tanto encanto y tanta picardía, Jack N le concidió el privilegio de actuar como bailarina. Poco a poco, con esfuerzo, lagrimas y algún que otro cliente encaprichado, logró lo que pocas logran en el Midnight Cabaret, ser una diva. No sabría cantar pero bailaba y se adaptaba con tanta facilidad a los movimientos de Charlotte que nadie pudó superarla nunca. Eso sí, a Charlotte tampoco. Sophie se complementaba con Charlotte pero jamás sería mejor que ella, además Charlotte tenía una voz deliciosa. Cuando M llegó o mejor dicho se incorporó al Midnight Cabaret, las volvía literalmente locas de deseo pero M fue y siempre sería sólo para Charlotte, Charlotte lo dejaba siempre bien claro a las demás, a todos.
-Podreís follar con él pero ni se os ocurra intentar nada que vaya más allá.
Charlotte y Sophie eran grandes amigas. No sólo compartían escenario, también compartían secretos y a M, lo cúal era todo un privilegio. Sophie tonteaba con todos pero nunca estuvo muy interesada en ellos, no eran su tipo. Durante mucho tiempo su único interes había sido encontrar a su madre o al menos a su padre, una busqueda que acabó muuy mal. Solía refugiarse en los libros sobre magia, magia negra. Era tan obstinada y tan sensual, sin embargo cuando salía a la calle o se veía obligada a ir a alguna fiesta de algún cliente engreido y rico, era toda una dama. Teníendo en cuenta que su madre no estaba bien de la cabeza, se podría pensar que Sophie también podría volverse loca pero D o el eminente psiquiatra Von Klauss decía que eso eran gilipolleces porque Maria, su madre era autista no esquizofrenica. Muchos decían que Sophie era clavadita a su madre, pelo castaño, levemente pelirrojo, muuy ondulado. Ojos deslumbrantes y piel muy clara. Los del Midnight Cabaret, M y sus muchachos y casi todos los de ese lugar no la dejaron marcharse tan fácilmente... Y no se llegó a ir, pero su amado la visitó durante muchos años. Lo creais o no, llegó a probar el dulce sabor del amor, de ese amor tan cursi y de cuento.

sábado, 22 de mayo de 2010

COSA DE FAMILIA

¿Por qué me miran así? Se preguntaba el muchacho rodeado de un montón de hombres, hombres que a pesar de ser familiares del chico, lo rodeaban y lo examinaban como si el muchacho fuese la rata más asquerosa del lugar. Esa clase de miradas que te destrozan. El muchacho no era querido, aunque era tratado con respeto nunca lograría nada más por parte de ellos. Incluso su propio padre le despreciaba. En semejante ambiente familiar, era fácil adivinar el destino del muchacho sin embargo no todos estaban en su contra. Su madre, la mujer más hermosa y poderosa del lugar le quería, fue parte de ella, era y siempre sería su hijo, su estrella y nadie podría quitarselo de la cabeza. Retrasado, deformado, enfermo o simplemente problematico, fuese como fuese, ella le quería y estaría a su lado, orgullosísima de él. Las damas no debían aparecer frente a los hombre, a menos que fuesen llamadas por alguno sin embargo ella, la madre del muchacho, tenía esa habilidad, esa gracia innata de nada más aparecer frente a ellos, no ser echada o azotada por incumplir las normas de la casa. Tenía la energia, el caracter y la belleza necesarias para salirse con la suya y además resultaba ser la dama más inteligente y aplicada de la casa, todo un trofeo. Los hombres la temían a la par que deseaban y las demás mujeres sólo podían envidiarla. El muchacho al oir sus refinados pasos, corrió hacía ella como un animalillo herido que busca un poco de protección y cariño. Ella le besó dulcemente la frente y llevandoselo en brazos, dejó a los hombres en la enorme habitación con la boca abierta.
-Esa osadía sólo es propia de ella... -Dijó uno embelesado.
-Cierto, es lo que la hace tan deseable. -Contestó otro.
-Somos demasiado indulgentes con ella. -Murmuró otro con el cejo fruncido.
Atormentar al muchacho, mostrarle el odio que sentían cerca de ella. Era jugarsela pues ella, por su hijo, era capaz hasta de matar. Una mujer valiente teníendo en cuenta que habían más hombres en aquella familia que mujeres. Por no decir que eso le daría mala fama...

miércoles, 19 de mayo de 2010

EL MOMENTO PARA LOS VALIENTES

Blackfield, según LanCaster, era demasiado blando y eso en cierta medida fue su perdición. William LanCaster y Jules Blackfield, nunca llegaron a ser amigos, quizás complices pero nunca buenos amigos. Al fin y al cabo ambos tenían los ojos puestos en el mismo chiquillo y eso les convertía en competidores. Dos lobos hambrientos, dispuestos a hacer lo que fuese por comerse al mismo corderito. Ambos eran repulsivos, ni siquiera se sentían un poco culpables por su decadente y terriblemente indecente vicio. Aunque sin comer ni beberlo el corderillo se lo llevó Blackfield y Blackfield no lo soltaría facilmente. Harían un buen dúo, la verdad. Crow los odiaba, bueno Crow odiaba a todos los de su clase. En cuanto empezó a darse cuenta de lo manipuladores y maquiavolico del asunto, se plantó a Blackfield sacando su lado malo. Realmente, tuvo lo que tenía que tener. Ya era hora de abrir los ojos y de paso, proteger a los otros. Cuando W, conocido como Lu en aquella epoca, vió que Crow se disponía a cantarle las cuarenta a Blackfield, con todo el dolor de su corazón supó que no volvería a verle. Fue un presentimiento que no le gustó nada. Crow y el pequeño W estaban sentados, muy calladitos, contemplando a Blackfield amar al pequeño M. A W le fascinaba pues Blackfield era tan dulce y a Crow le ponía enfermo, le repugnaba. No pudó aguantar más, cuando Blacfield comenzó a desabrollar poco a poco mientras le besaba el cuello algunos botones de la camisa, gritó:
-¡Monstruo!
Blackfield se detuvó, podría haberle ignorado, pero admiraba la valentía que estaba teníendo Crow en aquel momento. Se sentó y le miró fijamente. Crow tenía toda su atención. W se llevó las manos a la boca sorprendido y asustado.
-¡Me das asco! -Volvió a gritar con toda su rabia, rabia que había ido creciendo con él.
-¿Sí? ¿Y qué es lo que te da tanto asco? -Preguntó Blackfield fingiendo sorpresa.
-¡TODO! -Crow estalló. -¡Lo que eres! ¡Lo que les haces! ¡Eres un jodido monstruo y te odio!
-Bien, esa es tu opinión y aunque duele, la respeto. ¿Pero y ellos? ¿Crees que piensan lo mismo? -Dijó Blackfield maliciosamente mirando a M y a W.
Crow se quedó callado pero aún no se daba por rendido.
-No me hace falta preguntarles nada, sólo miralos, estan acojonados...
-Lu, ¿crees que soy un monstruo? -Preguntó Blackfield mirando con dulzura a W y W contestó con una leve sonrisa:
-No. Los monstruos te pegan.
Blackfield sonrió realmente satisfecho. Crow estaba perdiendo la batalla.
-Y tú, mi principe, ¿crees que soy un monstruo? -Le preguntó Blackfield a M, dandole un besito en los labios. M se sonrojó, no dijo nada, simplemente miró al suelo.
-¡Lo ves! La manera en que los besas y los tocas, ¡no es normal! Les haces sentir incomodos -Exclamó Crow de pie, golpeando el aire.
W y M les miraban atentamente, sin decir palabra. La cosa se estaba poniendo muy fea. W estaba a punto de llorar, ya parecían salir algunas lagrimilla silenciosas. A Blackfield no le hacía ninguna gracia tener precisamente cerca de ellos, esa conversación con Crow. Dió un largo suspiro, abrochó los botones que antes había desabrochado y con voz dulce pero muy firme dijó, le dijó a M:
-Mi principe, lo dejaremos para otro momento eh, ve a jugar con Lu.
M obedeció sin decir palabra, cogió de la mano a W y salieron de la habitación. Sí, la cosa se pusó realmente fea, espantosa.
-Eres un desagradecido. -Dijo Blackfield, estaba muy enfadado pero no perdía su encanto.
-Y tú un ser despreciable. -Le soltó Crow. -Debería decirselo a todos o llamar a la policia.
Blackfield le miraba burlón y le recordó:
-Por supuesto, diles lo que soy, quizás con suerte, puedan ponerse de parte de un ladronzuelo. Si no recuerdo mal, eso es lo que eras, un ladrón que se coló aquí.
-Sí... Pero pudiste llamar a la policia, en vez de eso te aprovechabas de mí. -Le echó en cara Crow.
-Cierto pero tu nunca te negaste. -Dijo Blackfield chupandose los labios.
-¿Me habrías dejado ir? No, estabas encaprichado de mí al igual que ahora lo estás de M...
-Ah, es eso, ¿te identificas con él o te dan celos? -Preguntó Blackfield. Ahí fue realmente retorcido.
Crow se sonrojó y gritó:
-¡¿Sabes?! ¡No pienso seguir aguantando, voy a hacer todo lo que pueda para que esto acabe!
-¿Quieres que acabe? Bien, vete, puedes irte -Finalizó la disputa Blackfield, señalandole la puerta principal -Pero ellos se quedan.
Blackfield no era de los que pegaban pero la manera en la que usaba las palabras era mucho más dolorosa. Podía ser tan retorcido y a menudo lo era. Crow se disponía a abandonar la habitación abatido, cuando Blackfield se le acercó por la espalda y con lo que parecía una cuchilla o una navaja le dió unos rapidos tajos.
-¿Quieres matarme o qué? -Preguntó Crow con grosería.
-No, sólo quiero que los demás sepan que has sido mio y aunque te vayas siempre lo serás.
Crow salió lo más rapido que pudó, aún más furioso. W y M en cuanto lo vieron salir malherido, le siguieron. W lloraba, lloraba como una niñita y gritaba:
-¡No te vayas! ¡Por favor, no te vayas! ¡Sólo tenías que ser bueno!
M también lloraba. Lo único que Crow les dijo fue:
-Os prometo que os sacaré de aquí.
Blackfield cerró la puerta principal dejando a Crow en la calle. Fue el precio que tuvo que pagar Crow por ser valiente y plantarle cara a Blackfield, eso sí, si hubiese sido con LanCaster, Crow no habría sobrevivido.

domingo, 16 de mayo de 2010

PERLA GRIS


Podría haberse puesto a regañarle, como solía hacer su padre, pero no podía, era incapaz de negarle aquella felicidad al chico. El chico estaba tan entusiasmado, tocaba con ternura a su Perla gris y ella parecía encantada. Eran uña con carne. Una unión muy especial. Perla gris era una de esas yeguas que nadie solía elegir, llevaba en aquella finca muchos años y eso se podía apreciar en sus desaires, por como movía su cabeza. Al igual que el chico, había sufrido bastante aislo. Cuando Gustav se acercó a ella, todos temimos que Lucrecia, así se llamaba antes, pudiese tener una respuesta agresiva ante el chico pero sucedió todo lo contrario. Lucrecia parecía tan mansa. El dueño de Lucrecia exclamó:
-Parece que le caes bien.
El chico sonrió y sin pensarselo un momento accedió a montar en ella. Un paseo, aunque fuese corto. Puesto que era la primera vez que Lucrecia iba a ser montada por alguien, alguien desconocido, el dueño, por seguridad, montó con el chico. Lucrecia lucía radiante, parecía muy feliz, como si por fin hubiese encontrado a su alma gemela. Fue un paseo corto pero maravilloso. El chico estaba que no cabía de emoción, quería que Lucrecia formará parte de su vida. A partir de aquel día, cada viernes iban a la finca y cada vez el chico se hacía más y más hábil. Era como si tanto Lucrecia como él fuesen uno. Viendo lo unidos que estaban, el dueño decidió regalarsela.
-¿Qué valor tiene? -Preguntó el hombre que iba con el chico. Un hombre muy particular pero que a pesar de ello parecía buena persona.
-Se la regalo. -Contestó el dueño, quitandose un palillo de la boca. -Sería una putada que esos no pudiesen estar juntos.
Fue como un sueño, para el chico fue el mejor regalo que pudieran hacerle. Perla gris a partir de ese día, mejoró mucho su actitud. Pasados unos años, tanto el chico como ella, ya conocida por todos como Perla gris, cabalgaban juntos hacía la victoria. Aunque era una de esas competiciones clandestinas, tanto el jinete como la yegua se sentían muy orgullosos de participar. Lo sorprendente, no fue que la ganaran, más bien fue descubrir que el jinete era ciego. Un ciego había ganado una carrera ilegal, qué escandalo pero para ellos eso no era importante, pues era el único modo en que podían desfogar su energia y además ganar algo de dinerillo. Dinero que iría para aquel hombre que hizo que Perla gris y él pudiesen estar juntos pero cuando llegó a la casa y no le encontró, algo le indicó que las cosas no iban bien.
-¿Buscas a Jules? Acaba de marcharse con su mujer.
-¿Con su mujer?... La señorita Juliette... No importa, tan sólo venía a traerle esto. -Dijo mordiendose los labios el muchacho dejando un sobre en el recibidor.
Pero las cosas se pusieron aún más feas para él cuando le comentaron que su querida Perla gris, su amiga y su mascota había sido sacrificada por orden de su padre. Ahí sí que lo pasó muy mal el muchacho, no sólo perdió a Perla gris, no volvió a montar ningún otro caballo. Él sabía que no debería pues era ciego y tal pero cuando estaba junto a Perla gris se sentía tan capaz de todo, por un momento sentía que podía hacer cosas como los demás. Además Perla gris siempre cuido de que no le pasase nada... Toda su felicidad se fue con ella.

sábado, 15 de mayo de 2010

MAYO, MES DE LAS MADRES






Tres pinturas que he realizado esta semana con esa preciosa temática. Espero que os gusten, la primera es un regalo para mí madre, que pronto hace años ^^ Me las he currado mucho.

viernes, 14 de mayo de 2010

TODA LA VERDAD

-¡Estoy harta! ¡Ya no puedo más! -Gritó la señorita Juliette. Su barbilla temblaba y sus ojos parecían estar a punto de soltar un torrente de lagrimas a lo largo de su fina y hermosa cara. -¡Lo que haces no está bien y yo ya me lo he callado demasiado tiempo!
-¿Así? ¿el qué? Yo hago muchas cosas que no están bien vistas. -Le contesto Blackfield burlón. La señorita Juliette enmudeció por unos instantes, pero estaba enfadadísima, no sé atrevía a decirlo pero se lo susurró:
-Ya sabes a lo que me refiero... Esos chiquillos... Tú...
Las palabras salieron torpemente. Blackfield sonrió, parecía disfrutar de aquello.
-Ooh, ya veo, entonces dejaré de escribir cuentos, ¿es eso querida?
-¡No! -Gritó ella y las lagrimas finalmente salieron. -¡Es la manera en que les tratas! ¡Yo soy tu prometida y nunca me has tratado así!
Lo que llevaba tanto tiempo guardandose para sí, salió. Ella desde el primer instante en que le conoció se sintió locamente enamorada de él y cuando su padre le comentó que cuando llegará a su edad casadera le desposarían con él, fue la mayor alegria de su vida pero la cosa no parecía avanzar como debía. Algo poco a poco empezó a apoderarse de ella, al principio celos, ¿y si no la quería porque amaba a otra dama? luego desesperación pues ninguna hipotesis encajaba, bueno alguna que otra amiga ya le advertieron:
-Juliette, amiga mia, Blackfield no es el hombre indicado para tí.
-¿A no? -Siempre contestaba ella tratando de echar a un lado sus dudas.
-Por supuesto, ¿qué clase de caballero ya prometido va al Midnight Cabaret?
Ahí sus amigas tenían gran parte de razón pero al preguntarselo a su prometido y obtener respuestas como:
-Querida, voy a ese lugar porque es el único lugar en el cúal puedo reunirme con otros artistas.
Y en general era así. Artistas como LaFlamme sólo los podías encontrar allí. Blackfield para que Juliette no sospechará se vió obligado a hacer un particular trato con Jack N pues LaFlamme no le permitió usar su casa para satisfacer ese vicio, el peor de todos los que LaFlamme había visto. Al fin y al cabo, la casa en la que vivía Juliette no era suya, era de Blackfield y Blackfield podía dar cobijo a todo aquel que le diese la gana. A Juliette no le importó pues ella no podría concebir hijos, cosas de la naturaleza. Todo habría ido genial si no hubiese sido porque Maria era la hija de la hermana de una de sus amigas. Ahí fue cuando Juliette empezó a tener dudas y dudas y sospechar. Se rumoreaba de los pervertidores de chiquillas pero no de chiquillos, Blackfield se salvó por un pelo. Ahora, Maria estaba muuy bien atendida, tanto por Juliette como por Blackfield. Por fortuna, para él, desde bien joven, siempre había tenido una elocuencia que le siempre le salvó pues ese vicio lo tenía desde hacía tiempo. A Juliette le advertian cada vez de cosas más y más preocupantes sobre su futuro marido pero hasta que ella, por si misma, no lo descubrió, nunca se lo creyó. Estaba educada al viejo modo. La conmoción fue tal que no se atrevía ni siquiera a mencionarselo a Blackfield pero aquél día, el día de San Valentín, sacó fuerzas y llena de rabia comenzó a tirar de la manta. Blackfield la miraba, le sonreía y parecía muy orgulloso de ella, le decía:
-¡Bravo! Por fin has logrado tirarte de cabeza al abismo y como supongo que todos estos años has estado en un continuo sinvivir lleno de dudas y temores, voy a ser sincero contigo. Sí, prefiero mantener relaciones sexuales con ellos.
Las lagrimas cesaron de golpe. La señorita Juliette trató de secarse los ojos, los tenía levemente enrojecidos. Y hacíendo fuerza, preguntó realmente conmociona ante la temida verdad:
-¿Entonces no te intereso?
Blackfield rió, se acercó a ella y le dijó, dulcemente, como si fuese una niña:
-En lo sexual no pero podríamos ser amigos aunque eso conllevaría seguir aguantando este vicio mio.
Juliette se quedó callada. Ya no sabía que hacer o que decir.
LaFlamme era fuerte aunque tampoco le toleraba esa tendencia sexual a Blackfield, eran amigos. Un amigo regañón pero fascinante y que sabía apreciarle a pesar de lo malo. Blackfield sabía que tarde o temprano pasaría por eso no se enfado o pegó a Juliette. Le dijó la verdad lo mejor que pudó y la consoló pues parecía taan enamorada. Sin embargo si no era capaz de aguantar más, tendría que irse. Juliette lo intentó, con toda su alma pero ella no era tan fuerte como LaFlamme. Ella o sentía celos o simplemente sentía repugnancia y eso era normal. LaFlamme al verla un día se lo soltó:
-Te duele, te repugna y en el fondo te da envidia. Te gustaría ser así de deseada pero aún así te esfuerzas para al menos estar junto a él. Como amigo y puesto que llevo más tiempo aguantandolo, te recomiendo que te vayas y rehagas tu vida con otro hombre, uno que no sea pedofilo.
-Cierto, hay ciertas cosas que no puedo aguantar pero el se esfuerza para hacerlas cuando yo no estoy cerca. Se los lleva a un cuarto y cierra la puerta con llave...
-¿Pero de verdad no te rabia como les besa, aunque sólo sea en la mejilla o como los mira? -Le increpó LaFlamme.
Juliette no pudó continuar con la conversación, corrió hacía la casa y lloró amargamente pues LaFlamme tenía razón, sólo llevaba una semana desde que le plantó cara y no se sentía con fuerzas para seguir, ahora totalmente consciente de ello. Se fue pero no se fue como una brisa, que viene y se va sin remover nada. Se fue a casa de su amiga y se lo contó todo y resultó que el marido era uno tipo muuuy importante. Blackfield, con todo el dolor y rabia de su alma, se vió obligado a dejar a cada chiquillo en su lugar. Juliette se esforzó mucho para que revisaran y mejoraran ciertas leyes...

jueves, 13 de mayo de 2010

LIOS DE FAMILIA


Eran dos muchachos encantadores. Cada uno a su propia y particular manera. De niños estaban tán unidos sin embargo al pasar los años, su relación, aún buena, varió progresivamente. Eso sí, ellos nunca, nunca dirigieron una mala palabra y mucho menos se embarcaron en peleas, simplemente eligieron caminos opuestos. El mayor se dedicó en cuerpo y alma a dominar el arco mientras que él otro pensó que le sería más útil la magía. Ambos habían recibido una excelente educación y tenían claro que lo más importante de todo, era hacer el bien ayudando y protegiendo a los más necesitados que se encontrasen por el camino. Grandes palabras pensaba el mayor, teníendo en cuenta que quien nos las enseñó no parece tán loable, mientras se dirigía hacía su hogar, dispuesto a convencer a su hermano y unir fuerzas. Deseaba con toda su alma volver a vivir aventuras junto a su hermano menor, como cuando eran niños y todo era fascinante para ellos. Además deseaba que su hermano conociese a su maravillosa esposa e hija pero una voz le indicó que no sería tan sencillo, una voz firme que retumbó por todo el bosque:
-¿Vienes a arrebatarme a tu hermano, él único que aún me aprecia?
-Sí, padre. -Exclamó lleno de furia.
-No te lo permitiré.
Un sonido, leve pero cercano fue oido y sin que pudiese apenas preparar su arco, ya estaba indefenso, perdiendo la consciencia. No era justo, nunca fue justo. Cuando abrió los ojos, a su lado estaba su hermano. No parecía muy satisfecho de lo ocurrido pero aún así le dedicó una sonrisa. Se abrazaron y se pusieron a hablar.
-Hermano, deberías ser más cuidadoso. Padre puede llegar a ser un hombre terrible, sobretodo cuando se enfada.
-¡Y tanto! Sin embargo, podría haberme matado y no lo ha hecho... Mmm. -Pensó en voz alta, preocupando a su hermano, que le miraba sorprendido:
-Veo que todavía desconfias de padre... Qué pena.
-Y por lo visto tú aún confias en él. -Dijó con voz seca -Padre podría matarte a tí también, padre ya no es él que era...
-No me lo creo y en caso de que así fuera, no pienso dejarle solo. Si tú no vas a cumplir con el deseo de madre, lo haré yo. -Dijó su hermano menor. Sus ojos brillaban. Se vió obligado a marchar sin su querido hermano. Sin embargo, cuando se encontró con él, quedaron en visitarse de vez en cuando...

martes, 11 de mayo de 2010

HAPPY DAYS II

Cuando el niño abrió los ojos, miró a un lado y al otro de la cama e inmediatamente se levantó y corrió por toda la casa. Para cuando hubo comprobado que su mentor no estaba, sin calmarse ni un poquito, se dirijió hacía la cocina. Allí le esperaba un buen tazón de leche y algunas galletas, hechas expresamente para él.
-Dónde... Dónde está...? -Dijó sentandose casí a punto de desmayarse. Recorrer corriendo y gritando en semejante casa era toda una proeza.
-¿Quíen? Oh, nuestro señor ha tenido que salir...
-¿A dónde? ¿Para qué? ¿Por qué no me ha avisado? -Preguntó el niño con la energía e impaciencia propia de su edad. Ella, le dedico una dulce sonrisa y le comentó que su señor hacía horas que se había marchado y que al verlo tan dormidito no quisó interrrumpir su placido sueño. Mientras ella se lo contaba, el niño iba comiendose las galletas trocito a trocito.
-Hoy he tenido un sueño muy raro. He soñado con nuestro señor pero cuando me pudé acercar a él, ya no era él. Era un gigantesco dragón negro y rojo con una armadura muuy particular y encima quería comerme... ¿Qué puede significar?
-No lo sé, seguramente habrá sido una pesadilla y nada más. -Le contestó ella para tranquilizarlo pues el niño parecía muy alarmado mientras se lo relataba. -En cuanto acabes, deberías ir preparandote pues en cuanto venga nuestro señor, comenzara tu entrenamiento.
-¿Entrenamiento? ¿Entonces nuestro señor a decidido enseñarme a manejar magia? ¡Viva! -Exclamó emocionado, bebiendose de un trago la leche y yendo directo a su habitación. Ella soltó una risita y se dispuso a recoger la mesa. Cierto que ella no era y nunca sería su madre pero cuanto más tiempo pasaba junto a él, más le iba queriendo. Eso sí, cuando su señor estaba cerca, solían discutir bastante, era una competición inacabable por lograr su atención.
-Tienes la cabeza demasiado en las nubes, Eris -Le chinchaba Ragnarok. Ella no solía hacerle caso pero admitía que ese diablillo tenía razón. Fue oir la puerta abrirse y correr hacía la entrada para recibirle. Se le echaban literalmente encima. Desde luego, era un hombre afortunado pensaba Ragnarok. En el gran salón, solía pasar las tardes, enseñando algo nuevo y siempre interesante a sus admirados pupilos o proponiendo algún que otro reto. Aunque siempre se veía obligado a atender algún asunto, ya fuese bueno o malo. Tanto para ella como para el niño era duro de aceptar pero para el niño más pues no llegaba a comprender del todo la labor de su mentor y a veces se lo tomaba muuy mal. Estaba en una edad un tanto egoísta pues pasado unos años si que lo disculparía e incluso haría todo lo que estuviese en sus manos por ayudar a su mentor hasta que descubriría lo que no debería descubrir pues que un hombre como su mentor también tenía un lado oscuro. Ella lo sabía y aún así estuvo dispuesta a seguir esa investigación junto a él. Algunas veces, cuando se veía obligado a cambiar de lugar, se los llevaba con él y eran tan felices, se sentían tan privilegiados, al verle darlo todo por la gente más necesitada. No todo era malo pero tampoco bueno aún así, el niño nunca estuvo mal atendido, el niño creció albergando conocimientos que pocos podrían obtener y además muchísimo amor. Tanto ella como él, sobretodo él, se desvivian y quizás por eso su mentor jamás quiso mostrarle a su niño, su otro lado o lo que también podía ser capaz de hacer malo.

lunes, 10 de mayo de 2010

SENTIR TU VOZ

Seguidores y amigos espero que tanto el video como la canción os guste pues para mí fue toda una sorpresa descubrirla o mejor dicho encontrarla. Sí, hoy os recomiendo al grupo de rock NOUN pues aquí, la Mary, resulta que ha conocido a su cantante y creedme, vale la pena con que si teneis oportunidad de ir a algún concierto o bueno visitar su pagina web, descubrireís que es un grupo que puede estar bastante bien y más a tener en cuenta la poca publicidad que se les da a este tipo de grupos por España... O si no, id a su Myspace:

http://www.myspace.com/nounrock

Eso sí, os advierto, seguramente os gustará si os gustan grupos como Skizoo o Sober aunque siempre hay oportunidad para descubrir música de toda clase, yo procuro ser abierta y escuchar de todo, todo lo que no me cansé la cabeza XD

domingo, 9 de mayo de 2010

LLUEVE SOBRE LA CIUDAD



Ahí estabamos, quietos, sin decir ni una sola palabra, contemplando la lluvia caer. Gotas que iban deformando la figura los edificios. Ninguno de nosotros parecía dispuesto a querer hacer nada, nos limitabamos a mirar o bien a la ventana o bien al suelo. No parecía un día muy animado, a ninguno se nos ocurría nada interesante que hacer los días lluviosos. Quizás, estabamos tan apáticos aquel día porque hacía tantísimos años que no nos veiamos. El único afortunado parecía ser Gustav, ciego pero con buena posición social pues era de los pocos con ropa decente, más que decente, con categoria. Era una situación incomoda, ya no eramos aquellos chiquillos que temían y amaban al mismo tipo. Ya no teníamos conexión y la poca que tuvimos era tán dolorosa de recordar. El silencio era insoportable, sobretodo para Gustav. Gustav era el más joven y desde luego el más sensible, nos había cogido tanto cariño a todos, eramos como los hermanos que nunca tuvo. Suspiró y fue el valiente que rompió el hielo aquella lluviosa tarde:

-Tiene gracia que volvamos a encontrarnos despúes de taanto tiempo aquí, en la casa de Blackfield. Está igual que cuando él vivía...

-¡Calla! No quiero ni oir su jodido nombre. -Gritó amenazante Crow, el picáro ladrón callejero pelirrojo que siempre había tenido un gran deleite por las cosas brillantes. Parecía que los años no le había tratado bien o simplemente parecía el más traumatizado. Sus ropas estaba gastadas y en su cara ya no había rastro de aquel pilluelo. Yo, que también me ví metido en toda clase de situaciones indeseadas pero necesarias podía comprender lo molesto y fuera de lugar que se encontraba Crow y para colmo de males, con la de peleas que tuvo con Blackfield, lo último que habría deseado era encontrarse con nosotros en este lugar. Un lugar lleno de recuerdos agridulces, muy agridulces. Por eso en vez de meter más leña al fuego, le mire y él avergonzado, calló. Nunca he sabido por qué pero Crow, a pesar de ser mayor que yo, siempre me ha obedecido como si fuese yo el mayor y él el pequeño. W nos miraba fijamente sin decir palabra. W era tán timido, parecía una chica. Siempre con el pelo muy largo y con vestidos horrorosos, desde bien chiquito le obligaban a comportarse como tal. En aquel momento, W era la chica, la chica asustada de tanto psicopata. Todo era tan jodido, cualquier cosa que dijesemos sería peligroso. Crow era el más afectado, pero era obvio que estabamos allí por alguna razón. Conque respiré hondo y comencé a hablar. Todos posaron sus ojos sobre mí:

-Cierto que es ironico que nos encontremos aquí, en esta casa llena de dolorosos recuerdos, recuerdos que jamás se iran y que al estar aquí han vuelto a nuestra mente una vez más pero eso no es motivo para dejarnos llevar y hacer algo que luego podríamos lamentar. Sí estamos aquí, sea por el motivo que sea, deberíamos aprovecharlo y cambiar esos malos recuerdos por buenos recuerdos o ¿acaso no recordais nada bueno? Yo recuerdo que al principio todos creimos que W era una niña y en realidad era un niño. Fue graciosísimo...

-Yo recuerdo que Crow y tú, M, erais fuisteis los primeros amigos que tuve de niño. -Dijó W emocionado. -Y aunque a veces os burlaraís de mí, no me importaba tanto porque erais mis amigos.

Poco a poco la situación fue mejorando, aún llovía pero nosotros estabamos empezando a animarnos. Vinieron a nuestras cabezas recuerdos maravillosos, recuerdos que dentro de lo malo, eran buenos. De repente, todos pensamos en Maria, nuestra Maria. La única chica que había en nuestro particular grupito. Maria, sus largos y ondulados cabellos, su piel de terciopelo y sus ojos, sus preciosos ojos...

-Gustav, ¿tu sabes algo sobre Maria? -Preguntó W hacíendo circulos con el dedo en el suelo.

-No... La última vez que estuve con ella, tenía quince años y era cuando montaba a caballo. -Contestó él, encogiendose de hombros.

-¿Ya no montas? -Pregunté yo, sorprendido. Gustav, a pesar de ser ciego, era un gran jinete. Extraño pero maravilloso. Gustav y su caballo, perla gris, tenían tal conexión que la vista no era necesaria. Gustav, suspiró triste y me contestó:

-No, sacrificaron a Perla Gris.

-M, si no recuerdo mal tu eras un chiquillo de la calle como yo, ¿Cómo esque luces tan elegante? -Me preguntó Crow mirandome de arriba a abajo. Yo, le respondí con una sonrisa traviesa:

-Esto, amigo mio, se consigue tras años y años de trabajo en el Midnight Cabaret.

Crow no se lo pudó creer, mejor dicho, no se lo quisó creer pues eso significaba que vendí mi cuerpo y mi alma a muchisímos más tipejos. Crow, a diferencia de mí, no vió venir lo que le esperaba con Blackfield pero yo, bueno, veía a las chicas entrar y salir semidesnudas o con toda clase de hombres, la mayoria tipejos horribles, así que cuando Blackfield habló con Jack N, cuando Blackfield me solicitó, acepté. De todos los tipos como él que te pudieses encontrar, al menos él, tenía clase. Supongo que por eso, he conseguido lo que he conseguido y supongo que por eso lo sobrellevo mejor que él. Crow dió una patada al aire y se pusó a gritar:

-¡Joder M, con todo lo que nos hizo! ¡Sobretodo a nosotros!

-Cierto, Blackfield tenía amor para todos, pero por el que se volvía realmente loco era por mí. -Me sinceré.
Dolía, dolía mucho pero hacía tanto de aquello, al fin y al cabo yo conseguí ciertos privilegios. Blackfield me traía cosas que jamás habría podido tener por mí mismo en aquella epoca, Blackfield me llevaba a montar a caballo y Blackfield me llevó con él a sus reuniones como Grotesko. Blackfield me trataba como a un amante y puesto que yo había asumido y aceptado ese rol, debeía complacerle. Stephen, Pyro, si sería capaz de entenderlo aunque tampoco le gustase admitirlo pero por lo visto Crow, un ladronzuelo no. Bueno ni Maria ni Gustav. W, qué por donde vivía de niño tampoco era un ambiente muy sano mentalmente, lo llevaba bastante bien. Él ya lo había esperimentado pero más a lo bruto. LaFlamme solía decir que para lo espantoso que era lo que nos hacía que hermoso lo hacía parecer. La que iba a ser su mujer sentía envidia incluso. Por eso, un día no pudó aguantarlo más y lo gritó a los cuatro vientos. Desde ese día no volvimos a estar juntos y mucho menos Blackfield con nosotros. Se enfadó muchísimo con la que iba a ser su mujer, la echó de la casa y se encerró. Al único que logró encontrar fue a mí aunque ya estaba en un estado bastante negativo. Crow le odia y yo debería odiarle pero creo que no sé. Me he vuelto frio y vacio con el tiempo.

-Entonces... ¿Qué eramos para él? -Me preguntó Crow, realmente eso le dejó bien jodido. Seguramente en la cabeza de Crow se formó una idea bastante erronea de lo que era amor y de lo que era sexo. Blackfield era tan romantico, se parecía bastante a los escritores que admiraba. Crow me lanzó toda clase de preguntas, parecía querer que yo le ayudase a resolver esa bola de lana que se enmarañó en su joven cabecita. Puesto que yo no era ni soy quien para responder a semejantes preguntas, R podría pues es psiquiatra, me limité a sonreirle como una madre sonrie a su hijo cuando su amado retoño se ha caido o se ha equivocado, con ternura. Por fin dejó de llover y puesto que estar allí con un Crow descontrolado, dolido y dispuesto a dar respuestas a sus preguntas fuese como fuese. Decidí irme. W me siguió inmediatamente y Gustav, Gustav también pues parecía asustado. Ahora mismo no recuerdo bien porque acabamos allí aquella tarde, quizás cuando empezó a llover, nos pareció un buen refugio, entramos y ¡tadáa! Los niños de Blackfield se vuelven a reunir en su mismísima y abandonada casa.

sábado, 8 de mayo de 2010

LoVe HUrTs

Cuando ella le veía noche tras noche, toda la noche si hacía falta, trabajar, se sentía orgullosa de haber tenido la oportunidad de ser su "ayudante". Ella, que nunca había sido muy afortunada en nada, se sentía llena de una emoción, de un entusiasmo que la iluminaba. Sí, era una sensación que jamás antes había tenido y era gracias a él. A su señor. Puesto que él fue el primero en confiar y llevarsela a su hogar, ella pudo comprobar que también podía haber gente buena. Ella lo admiraba más que a su propio padre y lo quería como jamás había querido a nadie. Por eso en aquellas laaargas noches en las cuales tan sólo podía observarle y alguna que otra vez llevarle algun elemento o ingrediente, sabía lo entregado y apasionado por su labor, ayudar a los demás. Por eso ella siempre se esforzaba el doble, no quería decepcionar a su señor. Aunque, a veces su caracter la traicionaba y no podía evitar dar un mal grito al joven señor de la casa, el cúal a veces le ponía de los nervios. Su señor, un hombre desde luego, excepcional, en vez de pegarle una buena paliza, sonreía y le decía:
-Ten paciencia, tal sólo es un chiquillo.
Y ella para agradarle, suavizaba sus modos y se volvía toda una madraza. Ella, cuando fue, como le gustaba recordarlo, rescatada por su señor. Era una muchachita realmente conflictiva, con grandes posibilidades de acabar como una asesina o como una ladrona pues desde bien chiquita había aprendido ante todo a jugar duro. Pero él supo ver algo que ella en aquella epoca de su vida no era capaz de ver ni de mantener en su cabeza. Además cuando la defendió y se la llevó con él como pupila fue, fue un acto realmente arriesgado pues un hombre de su posición y fama jamás lo habría hecho. Sobretodo fue la dulzura con la que cogió su mano al marchar con ella.
-No tengas miedo, a partir de ahora nadie te hará daño. Yo responderé de ti.
Ella se echó a llorar. Por eso, aunque él no le dijese nada, ni a al joven señor de la casa, sabía que sus investigaciones o parte de ellas tenían un motivo muuuy profundo. Por eso, en oscuras y laaargas noches en las que la desesperación se apoderará de su señor, ella sería su apoyo. Jamás le juzgaría pues él no nunca la juzgó. Ella iría más allá del dolor, de la pena o de la locura por él. Realmente lo que ella sentía por él era taan hermoso pero terriblemente dañino.

viernes, 7 de mayo de 2010

GOKU


Bueno aquí tengo este dibujo de Goku, protagonista de Dragon Ball. Espero que os guste, me he esforzado y más tras tanto tiempo sin dibujarlo. Yo, cuando era más pequeña si que lo dibujaba, lo dibujaba muchísimas veces aunque más pequeño y peor coloreado jeje... Es para alguien que resulta que también le gustaba mucho Dragon Ball, sí, seguro que le falta algún que otro detalle pero la memoria es así, a veces se nos pasan cosas pero nada, espero que a él y a vosotros os guste. Desde luego esta clase de dibujos recuerdo que se me daban fatal, tanto musculo XD

jueves, 6 de mayo de 2010

HIJOS DE LA CASUALIDAD

Cuando te atrevas a romper algunas normas.
Llama, llamame.
Cuando te atrevas a romper algunos topicos.
Llama, llamame.
Cuando estes realmente dispuesto.
Aquí estaremos, te esperamos.
¿Quién a dicho que este mal?
¿A quién le va importar?
Muevete, diviertete, prueba, atesora la experiencia.
Todas quisieron un beso, yo les ofrezco al hombre entero.
Todas soñaron con la boda perfecta, yo les ofrezco una noche de ensueño.
Todas esperan a su rey, todas esperan a su santo pecador.
Dejalo salir, sólo un rato.
El mundo a la mierda.
Dejalo salir, sólo un rato.
Disfrutad de lo que os ofrezco.
Corrimos pues no quisimos llegar tarde, Sophie (Oriana para mí) deseaba mostrarme la cara oculta y más frivola del Midnight Cabaret y yo, acepté. La música era obscenamente hermosa, la decoración exquisita y todos los presentes unos satiros dispuestos a lo que fuese por saciar su apetito sexual. Pensé, bueno, ¿cuantas veces tendré la oportunidad de disfrutar de tanta frivolidad? Todos los presentes ibamos realmente elegantes y con mascaras muuy originales, parecían personalizadas sin embargo ellas, las damas apenas iban vestidas, sólo llevaban una especie de sabana que dejaba entrever sus hermosos cuerpos desnudos. Qué curioso, por un momento aquella vestimenta me recordó a los ropajes que solía llevar mi alumna y ayudante... Cuando Sophie me arrastró suavemente a la zona de baile, ese recuerdo tal cúal vino se fue. Todos nos miraban, Sophie sonreía, una hermosa y leve sonrisa. Realmente disfruté de aquello. Sí, vestida así, ella era mi Oriana, tan dulce, tan linda y tan traviesa, así era ella, con la chispa que poseen las sacerdotisas más jovenes. Bailamos y bailamos un buen rato, la música era tan irresistible y para cuando dejamos de bailar, muchos ya habían abandonado esa zona. Sophie me dijó con una mirada dulce a la par que traviesa que estarían arriba. Nosotros nos quedamos abajo, sentados en un gran sofá aterciopelado rojo. Bueno, gran parte de los muebles que habían eran rojos, rojos como la sangre...
-Jamás había sido tan feliz -Me susurró Sophie. -Tengo miedo de que esta noche acabe.
-¿Por qué? -Pregunté yo, un poco temeroso de la respuesta.
-Porque... Quizás... Da igual. Disfrutemoslo.
Sophie me agarró con fuerza y radicalmente cambió de expresión. Ahora sonreía, no podía dejar de sonreirme. Entonces debió de ocurrirsele algo pues salió disparada hacía arriba, yo, obviamente, la seguí intrigado. La habitación en la que se hallaba era grande, con una cama en medio y pocas cosas más. Todo rojo, una gama de rojos interesantes al igual que mi traje. Ella estaba sentada en el tocador. Cuando la encontré, algo debió de apoderarse de nosotros pues en cuanto estuve cerca de ella, ella me besó. Fue un beso suave y a la vez intenso. Intenso por mí parte seguramente. Quizás, tras tanto tiempo sin un contacto humano real, lo empezaba a necesitar, lo cuál empezó a crearme una leve confusión, mmm o quizás añoraba sentirme amado o deseado. Cuanto más crece mi habilidad o el manejo de mi poder, más peligroso me vuelvo. El contacto, piel con piel, el calor que nos envolvió era tan agradable. Me gustó, me hizó sentir algo que parecía haber sido rechazado tiempo, mucho tiempo atrás y me entusiasmó. Con facilidad, empecé a dejarme llevar, a experimentar más y cada vez era más y más agradable e incluso placentero. Oirla gemir pues también parecía sentir ese cumulo de sensaciones, era sensacional y sentirme en ella, era magnifico. Fue como si aquello fuese la primera vez que lo encontraba y quizás así fuese pero no para mí, sino para alguien más. Alguien que estaba disfrutandolo con toda su capacidad. Fue como caer en un embrujo, a la mañana siguiente, bien temprano la cosa fue más calmada. Un leve beso en la mejilla, una sonrisa y cada uno a lo suyo pero me temó que nos costaría. M me miró con descaro y me dijó:
-¿Has encontrado lo que buscabas tan ofuscadamente?
Yo no supé que responder, simplemente le dedique una leve y sonrojada sonrisa. Pyro apareció y exclamó:
-¡Yo diría que sí!
Y me guiñó un ojo. M no dijó más, le respondiese lo que le respondiese, el se ya se lo suponía. En uno de los pocos lugares que denominaba hogar, un particular edificio de dos plantas, curiosamente situado en la zona alta, M compartió conmigo algunas cosillas o ¿fui yo? Me regaló una foto y me aclaró algo, algo que me sorprendió y que me dió esperanza.
-Al ver a Sophie algo despertó, ¿verdad? Seguramente tuviste una especie de confusión, tu memoria ya no es como lo era antes y es debido a que ya no eres como antes, ahora eres como nosotros o más especial aún y a veces sufriras eso. Creiste ver a tu esposa aún siendo una posibilidad un tanto dificil de ser pero no estabas del todo equivocado. La madre de Sophie, Maria, fue tu esposa en otra vida. Complicado, ¿verdad? Hay humanos que viven varias vidas o humanos que recuerdan haber vivido la vida de otros humanos anteriores a ellos y Maria es uno de ellos, además se le parece bastante. Mira.
Y efectivamente cuando me entregó una vieja foto en la que aparecía esa tal Maria, era como si alguien hubiese podido inmortalizarla en una simple imagen. Pelo muy ondulado, ojos brillantes y un gracioso colgante de flores. Era ella.
-Sophie es identica a su madre, bueno tiene el pelo un poco más claro. -Concluyó M guardando las pocas fotografias que tenía.
-¿Puedo quedarme con la fotografia? -Pregunté inmediatamente.
M me lo permitió y la guarde lo mejor que pude muy agradecido.
-En aquella foto Maria aparece con el pelo corto pero luego se lo dejó muuuy largo, tenía un pelo precioso, era taan guapa y taan dulce. No hablaba mucho pero cuando lo hacía solía referirse a ti. -Me dijo M antes de irse.
Eso me dejó aún más sorprendido. Ojála la hubiese podido conocer. Aunque M me comentó que no habría sido buena idea. Ella era fue una muchacha que sufrió demasiadas cosas.

miércoles, 5 de mayo de 2010

LO MEJOR QUE HE LOGRADO, hasta ahora







No soy una gran dibujante y mucho menos soy una gran delineadora a la hora de dar sombras y tal pero creedme con en cada dibujo me esforce muchísimo y yo creo que estan bastante bien, bastante, teniendo en cuenta que no me suelen salir iguales del todo a la imagen de referencia, parecidos a sus respectivas imagenes... Ya me quedaría por dibujar así, en este plan, al sacerdote loco, aterrador y guapísimo que sale en Hellsing :D O intentarlo al menos.
Rezo (Slayers)
Folken (Escaflowne)
Orphen (Orphen)